Para volver hay que recuperar nuestra tierra. El recupero implica un desembolso. La cuenta es inimaginaria. Pero en nuestro propósito no existe la resignación. En vez de agachar la cabeza y lamentar la estatura de la cifra, decidimos pensar como subir y alcanzarla.
El vuelo es alto, pero no inalcanzable. Pensar y actuar es la receta revolucionaria. Siempre lo fue. Para reconquistar lo nuestro necesitamos plata, es lamentable pero real. La desición gubernamental debe acompañarse de hechos. Y en el Pedro Bidegain (casa transitoria) hay una mina de oro para recaudar y llenar la caja fuerte del retorno.
La semana pasada, el flamante gerente de marketing (MT) sin darse cuenta abrió un camino para el embolse. Hay lugar para construir 80 palcos en ese estadio de paso. Palcos que se construyen con zinc, fibra de vidrio, a costos bajísimos. Palcos que serían subastados. Hay mucha gente con poder adquisitivo que se sacaría los ojos por esos palcos. Se venderían por diez años (eso también lo dijo MT). En una subasta, cada palco alcanzaría un mínimo de $100.000, en los casos menores. Calculando esa cifra mínima estamos hablando de $8.000.000 traducidos en verdes U$S 2.500.000. Cifra importante para nuestra caja, pero no cifra única. Otra variable es subir la entradas $ 1 en cada sector. Plateas techadas altas, bajas, palcos, platea sur y populares. Además, los socios podrían abonar también ese peso pro retorno en cada partido.
Son 19 partidos por año, con un promedio de 20.000 personas por partido. Esto sumado a unos 10 partidos coperos, dan un total de casi 30 partidos anuales. Serían $600.000 más por año. En el lapso para el recupero de la tierra de 10 años suman $6.000.000. Monto total en diez años de cuatro millones y medio de dólares.
Hay muchas maneras más, con más estática, con venta de publicidad en la periferia de