sábado, 3 de abril de 2010
El que sin códigos anda....
...sin códigos acaba. Ya había pasado hace unos años, los rastreros saltaron un paredon, apretaron a un tipo de seguridad con fierros y se llevaron banderas de manera rastrera. Fueron condenados por todas las tribunas y así y todo no aprendieron.
No fue hace mucho, cuando robaron ese telón, un barra de primera línea cuerva nos dijo "ese telón está maldito". Fue ahí cuando comenzaron las muertes de hinchas de huracan en viajes al exterior por accidentes extraños. Vos sabes de lo que hablamos.
Ahora vemos que los rastreros andan por el barrio de nuevo haciendo trabajo de espía para robar de ratero lo que no pueden robar a los puños. Evidentemente no aprendieron la lección y prefieren morir como la tribuna rastrera... y si eso elijen, ya tienen su mote. También lo que merecen. La próxima vez que pisen su tribuna sientanse con verguenza de ser de huracan, sin gloria, sin aliento, sin aguante y sin códigos.