Le chupó tanto la pija que terminó por mimetizarse con el mafioso de Grondona. Savino jamás pensó en San Lorenzo, utilizó nuestro amado club para negociar y acercarse al mandamáz de calle Viamonte. Así se transformó en su secuaz y para demostrarle su idilio incondicional, siempore que tuvo la posibilidad se sentó arriba de la bandera de San Lorenzo y se cagó encima. Se desploma su mandato, pero en los meses que quedan hará hasta lo imposible por lastimarnos y dejarnos con respirador artificial...pero con veneno en el tubo !