jueves, 28 de enero de 2010

MEJOR NINGUN CORAZON QUE UN CORAZON DE BOTON

Tod con el tiempo se encamina, todo vuelve a su lugar o al menos toma la forma que se merece. Javier Castrilli, tan botón con un silbato en la cancha como de traje en su escritorio, sufrió un infarto que le golpea la puerta de su muerte. Vuelve Boedo lo festeja, lo celebra y destapa una cerveza a la espera de su funeral.
Cada vez que la policía nos cagó a palos en una cancha, cada vez que una tribuna te sentiste cabeza de ganado y cada vez que te quedaste afuera por ridículas desiciones de éste hijo de puta...cada una de esas veces hoy empiezan a cobrar su venganza. Todo corazón de botón alguna vez se seca, deja de latir y se tiñe de muerte. El de Castrilli empezó a detonar su colpaso. Tanta maldad y ensañamiento con la gente, el alma del fútbol, ahora se cobra su órgano más vital. En los estertores de su vida, Vuelve Boedo lo saluda y le vuelve a cantar: "...Castrilli, hijo de puta, la puta que te parió...Castrilli, hijo de puta, la puta que te paró..."