miércoles, 8 de octubre de 2008

No me bajes los brazos!!!!



¡¡…No me bajes los brazos pendejo…Vamos todavía…!!.


La impronta pertenece a Horacio Acavallo, retirado púgil que supo ajustarse la panza con el cinto de campeón. Su carrera sobre el cuadrilátero bien puede relacionarse con nuestra obligada vida nómade de los últimos dolorosos 30 años. Cada trompada en el ojo de nuestro campeón mundial, debe haberle dolido tanto como nuestro desarraigo. Pero cada piña da más fuerzas. Y a nosotros nos pasó eso. Cada tablón que se desglosó fue una trompada en la nariz, cada butaca que fue a parar a ninguna parte fue un latido menos para nuestro cansado e irrenunciable corazón. Pero ante cada golpe nos volvimos más combativos y contestatarios.

Ahora metimos una trompada nosotros y el adversario trastabilló. Nuestro gancho de derecha se hundió en el hígado de quienes nos quieren lejos de Boedo. La Plaza es un round ganado de una pelea que tiene muchos asaltos por delante. Pero la cosa no termina ahí.

A la Plaza hay que ponerle ladrillos para sentar nuestro culo en Boedo y no movernos nunca más. No tenemos que bajar los brazos, ahora más que nunca. Lo que siempre soñamos está empezando a suceder. Es una gesta lenta y sigilosa. No hace ruido pero está empezando a susurrar. Cuando se transforme en un grito ensordecedor y la turba sea incontenible, ya nada ni nadie nos podrá detener.

El Micro Estadio no debe demorar en crecer sobre la Plaza. Como una semilla se transforma en flor y luego se hace humo dulce para nuestro vuelo, el recupero de Boedo no debe dejar de elevarse.

¡¡Vamos todavía !!