Ocultar la tierra bajo la alfombra parece ser una receta que lejos de haber quedado en el olvido termina siendo moneda frecuente en San Lorenzo
Pasa el tiempo y cuál tirano lejos de adosarle experiencia y sabiduría sigue aletargándole la presencia en el barrio a nuestro querido Ciclón. El tiempo va permitiendo que la plaza añorada mute en sabana con sus altos pastizales y su carácter de espectro desamparado. Las recorridas por el barrio transmiten imágenes cuanto menos cruentas al toparse con niños que visten casacas de clubes remotos otrora en la zona. La sede alberga en su escueto espacio un sinfín de alicaídos y decolorados carteles con glorias del Ciclón de Boedo, junto a un par de empleados que ven sus jornales casi bimestralmente. En ese ínterin, Carlos se acerca al mostrados y pide un formulario de baja que le entregan sin el mas mínimo reparo, nadie, pero nadie se le acerca para cuestionarlo acerca de los motivos que lo llevan a desprenderse de su amado club. "Durante años fui socio de San Lorenzo. Hoy que por cuestiones económicas debo desprenderme del gasto de la cuota social siento que para el club soy uno más, me voy cabizbajo", dice con desazón. El tiempo quiere y quiso que lejos de existir una campaña masiva para la ampliación de la masa societaria exista un desden muy profundo en lo que al verdadero motor de la institución se refiere: el socio . Es Viernes, camino unas cuadras, mas otras cuadras y... todavía no llegue al Pedro Bidegain (el tiempo quiso que juguemos un dia atípico). Al arribar, faltando menos de media hora, ya estaba embarrado hasta las rodillas. El tiempo hizo de la "tierrita un lodazal", contemplo los puestitos de venta ilegal de ropa que conviven con la tienda oficial del club, claro, el tiempo (¿quien sino?), una vez mas los ha dejado afincar en Ciudad Deportiva. Muestro mi carnet (que aun con la foto de guido suller) entraba igual y me dirijo hacia el verde césped. Cuanta sed me dio la caminata. Paro. Pido una gaseosa y cruzo unas palabras con el puestero. ¿Sabes quien maneja la concesión del estadio de gaseosas, hamburguesas y panchos? Me pregunta el muchacho con mirada de sorna y tono irónico. No, ni idea le digo (esperando que el tiempo no le haya permitido a Miele tomar la confección). "Un reconocido hincha de huracán" me contesta. Uhhh eso fue un gol en contra a los dos minutos, sentí. El tiempo es nuestra dirigencia. La Vuelta al barrio de Boedo, es de la gente.
Nota publicada en DBV