domingo, 16 de noviembre de 2008

LA HEROICA VIGILIA

30/11/00 HISTORIA

Adentro de la Ciudad Deportiva, Miele y sus secuaces refugiados. En la Perito Moreno más de 500 Cuervos dispuestos a todo. De frente, policías, helicópteros, patrulleros y carros. La antesala de la revolución.

Sombras azules acechaban...

Ahora lo recuerdo !!! asesinos a sueldo,

Buena recompensa, por un Cuervo muerto. Kortatu

Fernando Miele y sus 39 asambleístas ya habían pasado la noche en la concentración del plantel profesional. En su cobarde vigilia, repasaron punto por punto su macabro plan para quedarse con San Lorenzo. Cada uno de los traicioneros sabía con que tajada se iba a quedar, nada estaba librado al azar. La mayor parte del toco iba a ser para Miele.

En la calle Viamonte, el celular de Julio Grondona era un parlante con la voz de Miele. Cada paso a dar tenía el consentimiento o la negativa del anciano pope de la AFA, otro de los mentores del intrincado intento de venta.

Afuera del estadio, antes que caiga la noche, comenzaron a nuclearse muchos cuervos. Hace semanas, la gente venía manifestándose en donde pudiera. En las canchas y en la AFA sobretodo. Con banderas y canciones, pacíficamente, reclamando en un solo grito "...Miele delincuente, San Lorenzo no se vende...".

Ese día, se sabía que los garabatos al pie de los contratos iban a sellar el desarraigo final, la venta de nuestra razón de vivir. Por eso había que estar. La mayoría sabía que no podía repetirse lo de Avenida La Plata, ésta vez no nos podían volver a lastimar nuestra escencia.

Eran más de 500, los que pudieron ir, estaban ahí. Los que no, acompañaban con el corzón y el apoyo incondicional. En esos 500 Cuervos estaban todos y de frente a ellos, el batallón mandado por Miele para el combate.

Había otros tantos cobardes disfrazados de azul, con sus tontas botas, sus ridículos cascos y su cola sedienta de pene. El aire estaba cortajeado por las aspas de un helicóptero con escudo federal. Los patrulleros rodeaban el área. En las casas de chapa, vecinos miraban atónitos desde sus refugios. Los tres carros de asalto se estacionaron detrás para dar el masazo final.

Dentro de ese temible contexto preparado por Fernando Miele para reprimir a los hinchas de San Lorenzo, la Cuervada no tuvo miedo y se plantó ahí. Los cánticos fueron cada vez más fuertes. La revolución estaba por explotar.

La foto es de DBV. El extracto de Kortatu está adaptado.