martes, 11 de noviembre de 2008

REVOLUCION EN SOTANA

1/11 - 31/10 HISTORIALa revolución no se lleva en los labios para vivir de ella,
se lleva en el corazón para morir por ella...
Hay que endurecerse pero sin perder la ternura jamás!!
Che Guevara

Los confines de Octubre y los albores de NOviembre son, año a año, recordatorio y memoria para nuestro maestro revolucionario: el Padre Lorenzo. El pasado sábado 1 de Noviembre hubiera cumplido 128 años y un día antes, se conmemoraron 59 años de su lamentable pérdida.
Nuestra humilde pero valedero homenaje para quien encendió nuestra revulsa y mutó nuestros corazones a motores de lucha eterna por defender nuestra escencia.

En Morón, Provincia de Buenos Aires, un 1º de noviembre de 1882, nació Lorenzo Bartolomé Massa, hijo de un inmigrante italiano de Turín, también de nombre Lorenzo, y de doña Margarita Scanavini.
Su vocación religiosa, que también acompaño a su familia (sus hermanas Ángela y Blanca eran del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora), despertó en el colegio Pío IX de Bs.As. Allí, inspirado en el ejemplo que recibía de sus maestros salesianos, el 13 de febrero de 1898 recibió los hábitos clericales de parte del padre José Vespigniani.
En 1900 el Padre Massa tuvo su primer trabajo como salesiano en la Escuela Agrícola Don Bosco de Uribelarrea hasta que en octubre de 1902 volvió a su colegio, el Pío IX, pero ya en carácter de maestro y asistente en teología.
En 1908 fue designado como encargado del Oratorio San Antonio, en la calle México casi Treinta y Tres, en la barriada de Almagro, y allí su historia unida a los colores azulgranas comenzó a escribirse. Durante ese año reclutó una barra de purretes del barrio que le pegaban duro a la pelota liderados por un joven llamado Federico Monti y unidos bajo el nombre de "Los Forzosos de Almagro".
Dado que estos pibes que sólo hacían valer sus dotes en desafíos callejeros y entre los que se encontraban además de Federico Monti y su hermano Luis, Francisco Xarau, los hermanos José y Alberto Coll, Luis Gianella y José Gorena; no tenían donde jugar, el padre Lorenzo ofreció el campito aledaño al oratorio para que allí jugaran sus partidos, eso sí a cambio de las presencias de ellos en las misas dominicales.
Sin prólogos aceptaron el ofrecimiento y comenzaron a desmalezar el terreno con el solo patrimonio de una pelota, un sueño y el orgullo de ser de Almagro.
Pero el mayor homenaje a su labor estaba por llegar; los integrantes del equipo se reunieron en asamblea un 1º de Abril de ese mismo año, para fundar una institución que les permitiera participar en torneos. Surgió el de "San Lorenzo" para homenajear a quién los junto y organizó en su derredor, pero el joven cura salesiano no aceptó tal halago aclarando que daría su visto bueno si el mismo fuera colocado en homenaje al santo mártir de la iglesia cristiana y a la batalla donde el General José de San Martín comenzó su campaña libertadora.
La moción fue aceptada por todos pero con el agregado, a solicitud de Federico Monti, de la frase "de Almagro" para identificar la zona de pertenencia del club. Así un 1º de Abril de 1908 nació el "CLUB ATLETICO SAN LORENZO DE ALMAGRO".
San Lorenzo fue para Lorenzo su gran pasión y debilidad. Lo vio nacer, lo ayudo a crecer, lloró y gozo con él. Vivía intensamente sus victorias y sus derrotas.
Los años 1933 y 1946, en que San Lorenzo se coronó campeón marcaronpara el padre Massa los momentos más gratificantes de su logro revulsivo, junto con la conquista de los terrenos de Avenida La Plata, lugar que soñó, eligió y reservó para siempre para su San Lorenzo querido.
Pero un 31 de octubre de 1949, como él quería: en Buenos Aires, de madrugada, el corazón del Reverendo Padre Lorenzo Massa no quiso seguir latiendo y a los 66 años nos dejó. El domingo posterior a su entierro los jugadores salieron al campo de juego de luto. Durante todos los encuentros de esa fecha, la Asociación del Fútbol Argentino autorizó a realizar un minuto de silencio por el padre Lorenzo, que tanto había comprendido a la juventud.
Hoy Lorenzo volvió a Boedo en cenizas y sueña desde algún lugar con la victoria de nuestra revolución, la que nos exige desde su corazón. Porque con palabras nada se consigue, sino con hechos. Y como nos enseñó el Padre con su legado, debemos hacernos cada vez más fuertes manteniendo esa ternura que utilizó para encender tanta pasión.