Aquel bendito 30/11, provocó la desestructura y desarme, del homogeneo y pergeniado clan de delincuentes pro venta reclutado por Fernando Miele. En aquella tarde noche revolucionaria, cuando los popes de International Sport and Leisure (I.S.L.) dieron marcha atrás del cagaso, la voz de Miele retumbó entre el velatorio del trunco contrato.
En medio del desorden y de la vuelta atrás de los suizos, Fernando Miele a los gritos reclamaba "...ganó el sí 41 a 16...", "...ganó el sí 41 a 16...". Su desfachatez, envuelta en ironía y desesperación fue la lápida que sepulcró su macabro plan de vender a San Lorenzo.
En Viamonte, el ideólogo de la venta Julio Humberto Grondona, tachaba con un fibrón la palabra San Lorenzo en un anotador y se diponía a repasar la novedades de sus otras decenas de estafas anotadas en la misma carilla. Cuando su compadre Fernandito lo llamó desencajado por el fracaso de su engendro, Julio Humberto le dio la espalda postergandolo en la soledadcde su derrota.
En la Perito, nuestros cuerpos heridos por las gomas y los palos, no detenían su locura pos victoria de revolución. El necio de Miele insistía en su encierro una sipuesta victoria que al año siguiente lo terminaría sacando de Boedo. El tiempo lo terminó expulsando definitivamente del riñón. Pero su mierda infectó a otros tantos. Y aunque no lo crean, hay muchos que continúan insertados en nuestra casa con su legado bajo el sobaco.
No debemos dormir en ésta interminable lucha. Volver a Boedo es nuestra causa. Pero a nuestro propósito lo intentaron frenar, lo siguen estorbando y lo continuarán retrasando. Cuantos más seamos, su insistencia anti vuelta flaqueará en resistencia. Vamos a volver a Boedo. Vivos o muertos. Revolución!!!